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KARATE DO: “Tengo un respeto muy grande por el karate en Argentina” (Wladimir Mendez De Carvalho, la voz de la Shorin Ryu en Brasil)

KARATE DO: “Tengo un respeto muy grande por el karate en Argentina” (Wladimir Mendez De Carvalho, la voz de la Shorin Ryu en Brasil)

El Sensei Wladimir Méndez de Carvalho, brasileño, ya pisó los 74 y los lleva más que bien. Ingeniero de profesión, dueño de una empresa metalúrgica en Brasil, practica karate desde los 14, y lleva 55 años como cinturón negro del estilo Shorin Ryu (hoy es 9° DAN). Hace pocos días, en un seminario internacional dictado en Córdoba, compartió su experiencia y conocimiento con los alumnos de la KaizenKan, que dirige el Sensei Roberto Gerban.

¿Cuál es el secreto? “Practico bastante. Después del trabajo, a la noche, practico karate y doy clases en el club japonés de mi ciudad, Araraquara, en el interior de Brasil, a 300 km de la capital de la provincia de San Pablo”, cuenta.

Para él, “el karate es una pasión, una forma de mantener mi salud, mi físico, mi mente. Todos los problemas que acumulo en el día, a la noche, practicando, se olvidan. Lo recomiendo para todos”.

A lo largo de los años, el karate fue marcando su vida. Con más de medio siglo vistiendo el karategui, esta disciplina le ha dado mucho: “muchos amigos, y serenidad, tranquilidad, autoconfianza. Porque la persona que no tiene autoconfianza normalmente es más agresiva. Si uno está tranquilo y es dueño de su capacidad, tiene paz de espíritu”.

El Sensei destacó el arte marcial que se practica en el país. “La Shorin de acá está muy desarrollada. Hace muchos años que visito Argentina y tengo un respeto muy grande por el karate de este país”. No obstante, Wladimir advierte que “el karate hoy está cambiando al modo deportivo. Primero porque los jóvenes son más competitivos, quieren competir, es la principal razón, y los viejos que no pueden competir hacen karate como un arte, que ocupa su tiempo y mejora su salud”.

-Habla de salud, de deporte. El karate, ¿mantiene ese concepto místico del “guerrero”?
-Originalmente si se pensaba en ser un guerrero, se entrenaba para eso. En la sociedad moderna se practica por otras razones. Usted tiene que dominarse a sí mismo, es la idea. En su mente, en su espíritu. Cuando empieza en el karate quiere hacer ejercicio, pero con el pasar del tiempo también quiere mejorar su persona.
Y se toma unos segundos: “Por otro lado, todos somos guerreros, luchamos por la vida” (ríe).

El karate ha sido para él la base de experiencias inolvidables. “Sin el karate no hubiese compartido tanto con los amigos, tantas personas de tantos lugares. Esto es maravilloso. En otra profesión tal vez no tendría tanto. Es algo que no esperaba”, asegura.

-¿Algún sueño por cumplir?
-El objetivo de un buen profesor es tener alumnos mejores que uno mismo. Es la idea. Cuando alguien que preparo está creciendo en el arte, me quedo muy contento. Mi idea es volver a ser un niño en mi conocimiento, hacer un ciclo completo, es la idea filosófica.

-¿Y lo está logrando?
-Lo estoy logrando. Tengo 74 años, pero quiero más. Mi papá falleció con 99 años, y espero llegar cerca de esa edad y practicando karate. Y tengo nietos que continúan mi legado. Estoy contento con lo que estamos dejando. Tengo una organización con 70 escuelas en cinco países, personas afiliadas a nosotros con los que compartimos valores, no sólo el karate. Estoy contento con eso. Se llama Shorin Kai y está en Panamá, Chile, Argentina, Brasil y ahora también abrimos una escuela en Estados Unidos.

-Con tantas opciones de artes marciales, ¿el karate se mantiene, crece o declina?
-Está declinando. Su análisis es correcto. Se practican otras artes marciales, aunque el karate permanece como una opción que siempre va a estar viva. Es un arte para niños y gente grande, de mediana edad, pocos.

-¿Cómo se logra que vuelva a crecer?
-Es difícil porque las opciones son muchas y la divulgación por internet, You Tube y otros medios ofrecen muchas posibilidades. Pero estamos bien porque el karate es practicado por cerca de seis millones de personas en el mundo, que es un número significativo.
En Brasil, en los ’80, fue el taekwondo; en los ’90 el Jiu Jitsu, después MMA y después el Muai Tai. Ahora son fuertes el Muai Tai y el Jiu Jitsu. Ustedes (por Argentina) están en la fase de taekwondo, y después tienen otras fases. No hay que preocuparse, la vida es así.
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