KARATE: “El karate do es un ordenador de la conducta social” (Jorge Maestri, 10° DAN y presidente de la Unión Shorin Kai Rengo Kai Internacional)
Hace pocos días, la Unión Shorin Kai Rengo Kai Internacional organizó un doble Seminario en Guaymallén (Mendoza) y en la sede de la KaizenKan (Córdoba), en la que expusieron tres referentes a nivel Sudamericano: el Sensei de la KaizenKan, Roberto Gerban (9° DAN Shorin Ryu); el mendocino Jorge Maestri (10° DAN Shorin Ryu); y el brasileño Wladimir Carvalho (9° DAN Shorin Ryu).
Maestri, Sensei de la escuela Valle de Uco de Mendoza, es el actual presidente de la institución sudamericana que aglutina escuelas de Mendoza, Córdoba, Brasil, Chile, Perú, Panamá y Cuba, e instructores en Francia y Estados Unidos.
El sensei mendocino se considera “un sensei de karate, que ante todo soy un practicante. Hace 54 años que practico, le he dedicado la vida. Y llevo 46 años dando clases. De hecho, me jubilé como profesor de karate de la Municipalidad de San Carlos -comenta-. Sí, me podés presentar como un practicante de karate del estilo Shorin Ryu, que decidió difundir el karate y enseñarlo porque, a mi criterio y el de la gente de la organización, el Karate Do y las artes marciales son ordenadores de conductas sociales”.
Maestri, de 77 años, resalta el perfil formativo de las artes marciales. ¿Cómo es eso?
“El Karate Do es un ordenador de la conducta social. El practicante se puede controlar a sí mismo. La madre lo lleva al chico para que haga una actividad psicofísica y que le dé confianza en sí mismo, y lo discipline, porque como todo arte marcial tiene que tener una disciplina, el control de la violencia”, asegura.
-¿Qué impresión se lleva como balance de los Seminarios?
-A la gente le gustó mucho. Nosotros hacemos seminarios que dictan diferentes Sensei con diferentes ejercicios. Al Sensei (Roberto) Gerban lo quieren mucho en Mendoza, es su casa. Como yo me siento acá, Córdoba es mi casa. También vino el sensei Wladimir Carvalho, de Brasil, una bella persona, con quien tenemos una gran relación.
"A veces en las jerarquías altas del Karate Do hay tiranteces por problemas de ego, que no debería ser porque somos personas mayores. Considero que nuestro tiempo va pasando, y los vientos traen jóvenes que van a crecer y a desarrollar el karate. Y nosotros vamos a estar ayudando", advierte.
-El karate ha evolucionado, ¿cómo es la convivencia del karate tradicional y el deportivo, o el perfil de defensa personal?
-La palabra deporte significa toda actividad física estructurada. El karate la tiene, así que el karate también se identifica con el deporte, y con la parte marcial porque surge del combate frente a frente, de agresividad controlada. Perfectamente pueden convivir. A quienes les gusta pueden hacer el karate do tradicional, hay gente que no siente la necesidad de competir. Y después está el otro, al que le gusta la parte competitiva.
-¿Quién puede considerarse un karateca?
-Un karateca es un tipo que entró en la actividad para encontrarse a sí mismo. Concretamente, adentro de sí. Aunque muchas veces parezcamos igual que los demás, la transformación es muy grande. Y los que más se dan cuenta son los padres. De hecho, la mayoría de los practicantes de Karate Do son menores de 18 años, y un 60 por ciento pueden ser menores de 14. Un karateca es quien se encuentra a sí mismo.
Y sigue: “En nuestra escuela tenemos cinco objetivos: esfuerzo, razón, respeto, honor y conocimiento de sí mismo. La persona que practica hace un esfuerzo físico cuando entra. La razón porque va razonando, cómo es el ejercicio, lo aprende. Esos dos llevan a un respeto a los compañeros, de menor y mayor jerarquía y hacia los Senseis. Esos tres objetivos hacen a la persona honorable en una buena escuela, y así llega al conocimiento de sí mismo, el objetivo final.
-¿Cómo se incentiva a un niño de 10 años, con todas las distracciones que hay, a practicar karate?
-El chico de 10 años tiene que venir y practicar. Nosotros miramos cómo se compone el grupo familiar. Muchos de los chicos son hijos de padres separados, adoptados, huérfanos o hijos del medio, el independiente. Como sensei tenemos que ver cómo se mueve, le preguntamos si le gusta, si viene porque lo mandan los papás o no. Le decimos: ‘si te gusta, vení. Y el tiempo que vos practiques, sé feliz’.
-¿Qué le dio el karate?
-Me dio los objetivos que te mencioné, me dio autoestima, seguridad interior. Y me dio felicidad. No hace falta más.
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