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VILLA ALLENDE CORRE Y CAMINA 2025: “Queremos demostrar que sí se puede, más allá de la condición” (Ángel Gregorutti y Luciana Sánchez, runners)

VILLA ALLENDE CORRE Y CAMINA 2025: “Queremos demostrar que sí se puede, más allá de la condición” (Ángel Gregorutti y Luciana Sánchez, runners)

Desde hace un par de años, Ángel Gabriel Gregorutti (33) y Luciana Sánchez (47) forman un equipo. Él es ciego por un accidente laboral ocurrido hace 13 años, y ella es su guía, y juntos participarán de los 10K en la 1ª edición de la Villa Allende Corre y Camina, que se realizará en la Ruta 54, Camino al Pan de Azúcar, el próximo 24 de agosto.

¿Qué los motiva? “Me anoté porque soy local, y porque quiero colaborar con la Fundación”, asegura Ángel. Es que la prueba saludable y solidaria es a beneficio de CONIN Villa Allende, una Fundación que trabaja contra la desnutrición infantil.

Ángel cuenta su historia: “Toda mi vida hice deportes, desde los 8 años. Adquirí la ceguera a los 20 años, 13 años atrás, en un accidente laboral, pero previamente me dedicaba al ciclismo, al cross country, el descenso. Después quedé ciego por el accidente, pasaron unos años, y en el 2021 quise volver a andar en bicicleta. Empecé a averiguar sobre las bicicletas para personas ciegas y conocí el tándem. Arranque de nuevo con el ciclismo, y a fines del 2023 empecé a viajar, a hacer travesías por el país”.

La historia sigue: “En julio del 2023 tuve un accidente en Los Gigantes con la bici, me atropelló un auto, y en noviembre de ese año empezamos a salir a trotar. Ella es mi compañera de trabajo desde hace cinco años. También hice otras cosas, nado, pero ahí arranqué con el running para el lado de las sierras. Buscamos un profesor para entrenar y el primer día hicimos un fondo para el lado de San Fernando, en La Calera, la escuelita. Ahí empezó todo”.

Ambos ya han acumulado experiencia juntos. La primera fue una prueba de 5K en Carlos Paz, después llegaron los 21K de Carlos Paz este año, y ahora, el 21 de septiembre, correrán los 42K de Buenos Aires. “Ese entrenamiento lleva cuatro meses, mucho sacrificio”, dicen. En el 2024 se metieron con el Trail con dos competencias de 14K, así que entrenados están.

El empuje del equipo

Para Ángel, Luciana como compañera y guía “es una masa, aguanta todo. Cuando corrés así pasan muchas sensaciones y no siempre vamos 50-50 en el estado emocional, por ahí el cansancio, el coordinar, el estar hablando, respetar los silencios del otro, el apoyarse. Nos incentivamos uno al otro, es mucho compañerismo”.

El trayecto de la Villa Allende Corre y Camina es un camino conocido. “Hemos llegado hasta el Monolito y hemos vuelto en el Pan de Azúcar. Cuando tenemos que hacer pasadas largas o fondo, vamos siempre hasta allá arriba”, cuenta Ángel.

-¿Cómo ven esta combinación de carrera y un fin solidario?
-Cuando empezó a salir la propuesta de la carrera en Villa Allende, de apoyar a Conin con la leche en polvo, le pregunté a Luciana de qué se trataba porque no sabía. Cuando me contó le dije que quería anotarme, porque soy local, y porque quería colaborar con la Fundación. Vamos a hacer un reel promocionando, incentivando, hablando desde mi punto de vista para que la sociedad apoye. La idea es hacer esto para que se conozca un poco más.

-Y les servirá de preparación para los 42K de septiembre.
-Si, el 21 de septiembre, que cae domingo, estaremos en la línea de largada para ese desafío que lleva mucho tiempo de preparación y mucha “mente”. Van a ser nuestros primeros 42k, ahí veremos que sucede.

-Luciana, ¿cómo es correr siendo guía?
-En realidad uno aprende todos los días; a acompañar, a no tener mala onda. Es lindo, me divierto, la paso bien. Antes no corría ni el colectivo y ahora voy a hacer 42K.

-Imagino que el diálogo, el ritmo, todo debe ser coordinado.
-Nosotros vamos atados de una soguita, y el tironcito es nuestra manera de comunicarnos, por si vamos rápido o hay otro aspecto que atender.

En cuanto a los tipos de superficie de la Villa Allende Corre y Camina (pavimento, tierra y sendero), Luciana asegura que “estamos acostumbrados”, mientras que Ángel explica que “en estos terrenos depende del lugar. Hay lugares más pedregosos, hay más raíces”. Luciana completa: “te haces más ágil al salir de la tierra y entrar en el pavimento, parece que fueras más rápido y menos tenso”.

Sobre las expectativas que tienen con la carrera, Ángel se adelanta: “hablando personalmente, lo que nos interesa es hacer visible que una persona, independientemente de la condición física que tenga, en este caso ciega, también lo puede hacer. A mí no me interesan los podios, nunca me interesaron, se sube por una cuestión protocolar. En cada carrera he dado una charla para incentivar, por ahí hago videos, un tipo coach. Me interesa demostrar que sí se puede, más allá de la condición que uno pueda llegar a tener. Ese es el real propósito de participar en esta carrera, más allá de que me gusta la disciplina y entrenar. En una carrera se mide la resistencia, lo mental, porque hay muchas emociones.

-Para ambos, ¿cuál es un sueño a cumplir en el running?
-El sueño sería poder incentivar a las demás personas que están atravesando alguna situación que los tiene en stand by y no saben para dónde agarrar -afirma Ángel-. Así es, podemos ayudar a otros a comprender esto -completa Luciana.

-El sueño no es ninguna carrera en particular.
-Ahora tenemos esta de Buenos Aires que es un desafío grande. Como dupla es esa. Yo tengo otras ilusiones que es hacer un triatlón y lo voy a hacer el año que viene en San Juan. Estaba pendiente este año hacer el Cruce a Los Andes con un amigo, pero está un poco verde. En realidad, el “tria” es el desafío grande que quiero hacer.

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