TRAIL RUNNING: José “Pepe” Llanos, el hombre de las 60 maratones

José “Pepe” Llanos espera para la entrevista sentado en el bar. Mientras nos acercamos, su imagen es la de un típico ingeniero. Alto y delgado, canoso, mirada tranquila, cordial y una sonrisa que no disimula. Ser ingeniero aeronáutico lo llevó a vivir varias décadas por México, Venezuela y Brasil, y si uno lo ve se lo puede imaginar con cálculos, una mente escudriñando soluciones, diálogos tranquilos y midiendo cada paso.

Pero a medida que toca el tema del running esa imagen cambia, es locuaz, expresivo. Brotan sus experiencias de corredor apasionado, la misma pasión que lo llevó a correr 60 maratones (42km) por distintas partes del mundo, entre ellas las seis Majors en Nueva York, Chicago, Boston, Berlín, Londres y Tokio; hacer los 100K del Cruce Columbia en el Sur argentino; responder consultas de desconocidos por Facebook (de manera desinteresada); o hasta hacerle un plan de entrenamiento a una profesora de inglés en Singapur.


“Empecé a correr en el ’90, en Veracruz, México. Durante la semana jugaba al fútbol con veteranos. Y martes y jueves corría unos 6km. Hacia esa distancia en 30 minutos, 5 minutos el kilómetro. Tenía 31 años. Siempre hubo algo que me atrajo para estar en estado”, recuerda.

Hasta que “un domingo, en Puerto Ordaz (Venezuela), en el que hacía una rutina de 12km, vi gente que corría, sufriendo, con un número. Pregunté: era el medio maratón de la Ciudad. Ahí empecé, en el primitivo internet, a investigar. Calculé que en un año podía hacer los 21km. Encontré un plan de entrenamiento para una maratón en 18 semanas. En él, a la semana 12 ya podía correr 21km. Lo hice, y clavé 1h45m en el medio maratón, es decir 5 minutos el km”.

NEW YORK, NEW YORK
Entusiasmado con su rendimiento, se fijó metas más ambiciosas. “Vi que había un maratón que todo el mundo quería hacer, el maratón de Nueva York. Era el año ‘99. Corrí el medio maratón de Venezuela en julio, y para el de Nueva York en noviembre, los tiempos me daban. Cuando hice el medio maratón en ese tiempo, le dije a mi señora ‘prepará las maletas que en noviembre nos vamos a Nueva York’. Fui con ella, mi hermana, mis hijos, mi vieja. Esa fue la primera, el primer domingo de noviembre del ‘99”.

La vida de “Pepe” quedó atravesada por el running. “En mi trabajo a todos les llamaba la atención cómo podía tener un trabajo demandante y correr las maratones en el nivel que lo hacía. Quería hacer las cosas bien, no quería lesionarme, seguir disfrutando. En mi mesita de luz había un alto de publicaciones y siempre me dormía leyendo un artículo”, recuerda.

Su historia en los 42K también cerró en la Capital del Mundo. “El primer domingo de noviembre del 2024 se cumplieron 25 años, y allí hice mi maratón número 60 -valora-. Corrí en Nueva York 14 veces porque fue el maratón de mis amores, la primera novia. A mi hijo, que tiene 36, le infundí el correr. Corrimos los dos a los 20 años de mi debut, en 2019. Fue de lo más emotivo, correr con él, y el orgullo de él de correr con el padre. Fue hermoso”.

También recorrió las seis Majors, entre ellas la de “Boston, la única de las seis donde tenés que hacer un tiempo para clasificar. Es el palo en la rueda, es elitista, pero te pone un símbolo de calidad como corredor, y la corrí tres veces. Incluso estuve en el 2013 cuando pusieron las bombas, pero pasé 40 minutos antes y nos enteramos en el hotel”.

PASIÓN POR EL TRAIL RUNNING
En su paso laboral por Brasil, en el 2012, “Pepe” empezó a ver cómo cobraba auge el Trail Running. “Cuando empecé con el Trail running había muchas cosas por aprender, las zapatillas, la ropa, el entrenamiento, la mochila, el chaleco. ‘Acá se necesita mucho más conocimiento’, me dije. Me apasioné con el Trail running. Hacía 42 km y ¡hasta me creía que era bueno! Hasta que me dijeron: ‘¿vos querés disfrutar el Trail running? Anda a hacer el Cruce Columbia’. No conocía mi país y ese cruce era el Boston del Trail running. En el 2014 salimos cuartos por pareja con Julián, un compañero de trabajo”.

UN FRENO AL CORAZÓN
“En el 2024 corrí los 21km de la Isquitipe Trail de Río Ceballos. No me pidas que haga podio, no quiero hacer podio porque tengo un problema en el corazón -remarca-. En el 2019 tuve una crisis de arritmia, fibrilación auricular, y me tuvieron que hacer un electro shock para resetear el corazón. Es hereditario de mi viejo. Pensé que corriendo no me iba a pasar y pasó. A finales del 2020 me volvió a pasar, me operé en el 2021 y estuve tres años sin nada. Una mañana preparando el mate sentí la arritmia, pero quedó la duda de la causa. El cardiólogo me dijo: ‘Pepe, tenés 65 años, déjate de joder’. Me anticoagularon, y con anticoagulación no puedo entrar en la montaña”.

-¿Qué es correr para vos?
-Originalmente era una necesidad para sentirme bien, estar en buen estado físico y mantenerme en línea, pero ahora es parte de mi forma de vida. Lo necesito como comer, no puedo estar sin correr. Me sentiría muy mal no poder hacer, aunque sea, 6km en la mañana en la cinta o 12 km por la costanera. Más ahora que no tengo una actividad como el trabajo.

-¿Cuál es la recompensa que tenés al hacer una carrera larga y terminarla?
-Hay un dicho que dice: ‘en el correr, lo que te hace bien no es la meta sino todo el camino’, y en el camino está involucrado el entrenamiento, el cuidado en las comidas, el acostarte y levantarte temprano, y poder hacer cosas que la mayoría no puede. Te sentís diferente, mejor.

-¿Vas a participar en la Isquitipe Trail que se corre este mes el 22 y 23?
-Estoy inscripto, pero no sé por el tema del corazón. Me gusta la carrera. En un entorno en donde las carreras de Trail prepondera el interés comercial, en la Isquitipe Trail se prepondera el cuidado del corredor. En la Isquitipe me sentí protegido, cuidado, que se preocuparon por nosotros. Es importante porque el corredor confía en el organizador. Me voy a internar en una montaña que no conozco y me pongo en tus manos. 

ESTAS EMPRESAS APOYAN LA ISQUITIPE TRAIL: CARUSO SEGUROS, MERVICK, VILKAS, CIALF, REAKTOR, CAVIWA, PONS, FAC, CAMRA, CONTACTO CORREDOR, COOPERATIVA DE OBRAS Y SERVICIOS RIO CEBALLOS LTDA., MUNICIPALIDAD DE RÍO CEBALLOS Y AGENCIA CÓRDOBA DEPORTES

-En vos, ¿qué tiene el corredor del ingeniero, y el ingeniero del corredor?
-¡Es un complemento ideal! El corredor-ingeniero tiene la capacidad de calcular, porque tiene la mente muy aceitada en los cálculos. En una maratón, donde tenés que mantener un ritmo, vas haciendo los cálculos. Calculas el tiempo, las calorías, lo que se puede almorzar y cenar. Son todos cálculos. Y para el ingeniero-corredor, correr me permitía encontrar soluciones. Las mejores soluciones de nuestros problemas laborales se dieron en el kilómetro 7. Iba a mi trabajo después de los 14K con la mente a mil. Te activa todo, y por eso se lo trataba de extrapolar a otros, tenés más iniciativa, mejor ánimo, y te relacionas mejor con las personas.

-¿Cuáles fueron los sueños cumplidos y el que quedó pendiente?
-Sueños cumplidos, varios. El maratón de Nueva York en el ‘99 estaba muy lejos, casi imposible. Cuando terminé, mal hidratado, tenía calambres hasta en los párpados. Me faltó conocimiento. No quería correr nunca más. Después corrí 59 más. El de Boston 2010 lo quería correr porque llegar a clasificar te da un toque de calidad como corredor. Y hacer el Cruce Columbia fue otro sueño, me fue demasiado bien, le tenía miedo a la montaña. ¿Que me faltó? El Ironman.

Hoy los años, a medida que fue creciendo, “Pepe” Llanos fue adaptando la convicción de que “no puedo competir con un tipo que ese dedica a esto. Puedo competir con otros amateurs, con compañeros de trabajo, pero no puedo cerrar los ojos frente a que estoy creciendo y no puedo competir contra gente de 40. Me tengo que comparar con los de 65”.

Aún así, “Pepe”, el ingeniero, el sommelier, el futuro enólogo, corre. Corre calculando en su mente el ritmo de sus pasos, corre cuando revive cada una de las grandes maratones, corre contra su corazón rebelde, corre en la calle y la montaña, corre porque disfruta. Y no para. ¿Cómo va a parar si es la pasión de su vida? Corre por los sueños que quedan por alcanzar.

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