DARIA KOPSIC (ESPECIALISTA EN CIENCIAS DEL DEPORTE): “Los argentinos tenemos un ADN muy bueno para el deporte”
Con sólo hablar un poco con Daria Kopsic, ver con los jugadores que ha trabajado y la procedencia y cantidad de los entrenadores del mundo que cursan su diplomatura para dimensionar el prestigio que tiene en la biomecánica y las ciencias del deporte.
Ex tenista (retirada muy joven por una lesión cuando tenía una gran proyección internacional), Coach Profesional de Tenis, diplomada en Biomecánica Deportiva (UCC), certificada en Reprogramación Motora y en SVTA, Cognitivo/ Motor, Daria se ha convertido en una autoridad en la materia.
DARIA KOPSIC SE SUMÓ CON UNAS CHARLAS FORMATIVAS A LA PLATAFORMA DE CAPACITACIÓN ENTRE RÍOS (CER) QUE BRINDA FORMACIÓN A PROFESIONALES DEL DEPORTE EN TODA LATINOAMÉRICA
“Estudie biomecánica en San Antonio (Texas, Estados Unidos) con Emily Foster, y después en la Universidad Católica de Córdoba cursé biomecánica en el deporte. Ahí empecé a entender que el profesor de tenis entendía la biomecánica muy desde el laboratorio, así que me enfoqué en que pudiera aplicarlo en la cancha y ayudar a un montón de gente, y que no sólo pudiera tener acceso el que pudiese pagar un laboratorio”, cuenta.
Y agrega: “Desarrollé un sistema y saqué mi primer libro, el Sistema Biodinámico, que es cómo aplicar biomecánica todos los días en una cancha de tenis, no para evitar la lesión (que es inevitable) sino para minimizar el riesgo de lesión y potenciar al jugador lo más posible”.
Inquieta y ávida de conocimientos, se interesó en la neurociencia, se vinculó con Paul Dorochenko “y el ojo dominante”, y se introdujo en la “reprogramación motora”. “Soy alguien apasionada por todo lo científico aplicado al deporte. Pero mi base es la biomecánica. El ser humano es un compendio de cosas. Antes el tenista era técnica, después táctica, después debía ser un atleta, luego fue mental, era una cabeza que juega al tenis, después la nutrición. No es una sola arista, hoy cuanto mejor este formada yo, más puedo ayudar a los jugadores, pero fundamentalmente a los entrenadores, que es mi desafío. Por eso tengo un diplomado anual que dura ocho meses, y asisten entrenadores de muchos países del mundo”.
-¿Tu trabajo se focaliza cuando está bien y lo mejorás, o cuando está lesionado y hay que recuperarlo?
-En ambos casos. Estuve trabajando con Juan Manuel Cerúndolo, derivado por el doctor Javier Maquirriain. En ese caso le corregimos el saque, investigamos por qué se generó una sobrecarga y corregimos una lesión. Pero hay tenistas que vienen por un tema puntual, “mi derecha no está funcionando”, o el saque, y vemos si hay un problema biomecánico o no. Hay otros que me llaman porque tienen un problema en su drive y no hay lesión. El jugador formado se toca si hay una lesión o si está con un problema de rendimiento, y se toca con eficacia y eficiencia, con el menor costo posible.
-Pero, si es por sensaciones del jugador, todos deben buscarte.
-Por suerte trabajo bien pero no soy demasiado pública tampoco. Amo lo que hago, trabajo con chicos y si me llama un adulto también lo voy a ver. Me llamen de donde me llamen.
-¿En todos los casos tu análisis es presencial?
-Tengo un protocolo de análisis, saber cuál es su ojo dominante, sus lateralidades, su lateralización. Tomo videos con programas de biomecánica a las cuales veo cómo trabajan las líneas de fuerza y sé cómo analizarlo, qué es lo que busco. Los errores son repetitivos. ¿Qué es la biomecánica? Es la mecánica posible para el cuerpo humano en el planeta tierra, es lo que puede hacer el cuerpo humano llevado a deporte. No hay dos derechas iguales, hay una mecánica posible, y después viene el estilo. El estilo entra dentro de lo posible; cuando el estilo sale de la mecánica posible, aparece el riesgo de lesión.
-Hablás del plano del alto rendimiento pero, ¿qué pasa con los niños que están en formación?
-No tomo chicos menores de 10 años, no es mi categoría, están en la etapa coordinativa. En la franja de 10 a 12 tiene que ser muy talentoso para que participe. Después de los 12 trabajo con los profesores, ahí les digo “esto está mal, tenemos que ir para este lado”, sea un adulto de tenis social, un chico precompetitivo, o alta performance, me da igual. Los profesores a veces les piden cosas irracionales, y hay que ir a la racionalidad. La verdad es que en todos los lugares debería haber un área de biomecánica.
-¿Te consultan mucho los profesores y entrenadores?
-Hay una franja de entrenadores, los más grandes, que parecen temer la desautorización porque no saben de biomecánica. Les digo que estoy para ayudar, no para evidenciar lo que hacen mal. De hecho, no veo a ningún jugador si no está el entrenador ahí, tenemos que estar de acuerdo. El estilo está conformado por lo que el entrenador quiere y el jugador puede, yo me muevo en el medio.
El reconocimiento que hoy tiene no le llegó fácil a Daria, por el tema, otro poco por los celos y algo más por ser mujer. Así que se refugió en lo que no puede ser cuestionado: el conocimiento.
A mí me costó mucho (ganarme un lugar) con mis pares, algunos ridiculizan la biomecánica, y como mujer encima tuve que luchar mucho. Por eso tuve que meterme mucho en lo científico. No digo las cosas porque se me ocurren, sino porque hay estudios que lo dicen. Trabajé muchos años con la ITF, he tenido reconocimientos y grandes jugadores, y decidí enfocarme en los entrenadores y no tener academia para no competir con nadie.
-La biomecánica, tal como está hoy, ¿tiene mucho por mejorar o queda poco por hacer?
-Lo que cambia a veces son los jugadores. Los jugadores van corriendo los limites. El deportista de altísimo rendimiento te corre la línea un poco más. ¿Qué hacemos en biomecánica? Estudiamos si esos cambios son posibles para el cuerpo humano o es una sobreadaptación que hizo el deportista. Cuando alguien me dice que fulano lo hace, le digo que no es condición, necesito que los 100 primeros de mundo me digan qué hacen igual. Sino es una sobreadaptación del deportista. Lo que diferencia es el estilo. Tengo que cuidar de no hacer algo que no sea posible para el cuerpo. Entonces, ¿esto es posible o no, o sólo lo puede hacer ese jugador?
-¿Qué pasa cuando un jugador hace gestos mecánicamente no recomendables y se puede lesionar? ¿Conviene que siga con esos gestos técnicos?
-Hay jugadores que ves y sabés que tienen un alto riesgo de lesión. A veces en el camino se readapta. Le vi el saque a un reconocido tenista argentino y le dije: “¿cómo sacás así? ¿Estás bien con tu saque?” Y me respondió que tenía toda la confianza en él. Si le toco el saque, lo saco del circuito y no sé si va a sacar mejor, y tal vez pierda la confianza por algo que yo creo. Ese jugador siguió adelante y el físico se readaptó, pero si tuviera 12 años le cambio el saque.
-Tenés margen para hacerlo.
-El 85 por ciento de los jugadores se cierra a los 15 o 16 años, no es cronológico sino madurativo. En la enseñanza tenés un tiempo. Te agarro a los 16 y no sé si vas a ser jugador de tenis, pero te agarro a los 14 y tenés chances. Las valencias motoras de aprendizaje todavía están abiertas. Cuando la hormona entra en sangre el jugador se va poniendo rígido. Por eso un chico es permeable, el menor de 10 años es pura coordinación, de 10 a 14 se van cerrando las valencias y lo puedo construir porque está en plena absorción de todo con las primeras valencias hormonales, y después de los 16 y 18 me queda un 15 por ciento para retocar.
-¿Es posible un jugador biomecánicamente perfecto o todos necesitan corrección?
-Todo es mejorable y la biomecánica tampoco es perfecta. Hay un jugador que biomecánicamente no es bueno con su saque y funciona. Para poder analizar un jugador debe haber un por qué, y si está en formación, el entrenador debe saber qué puede hacer mejor para su jugador. Después siempre hay un tema personal. La biomecánica está en todo. Perfecto no hay nada, todo es perfectible, y hay muchas cosas de la preparación física que puede ayudar. La biomecánica es algo más, no es todo.
-¿En las Ciencias del Deporte aplicadas al tenis estamos al mismo nivel que Europa?
-Los europeos son los más avanzados. Pero somos un país con muy buena capacitación, dentro de Latinoamérica estamos arriba.
-¿Cómo explicás el surgimiento de tenistas de Argentina?
-Todos me lo preguntan. Argentina tiene un fenómeno especial. El deporte está en el ADN argentino. Tenemos un ADN muy bueno para del deporte, vivimos el deporte. Es una ventaja que tenemos sobre otros países de Latinoamérica. Acá ser tenista está bien visto, tenemos muy idealizado ser deportista, y las escuelas de tenis en Argentina son muy buenas, la base de la enseñanza. Tenemos muy buenos profesores regionalmente en distintos puntos del país, y los padres están dispuestos a pagar el precio para ayudar a sus hijos. Por otro lado, en el alto rendimiento hay mucha gente que estudia, de distintos deportes. Me parece que tenemos como una conjunción de estrellas que nos iluminaron y en esto somos buenos.