PSICOLOGÍA: ¿Qué tienen los grandes atletas para llegar a ser los mejores?

Por Fabián Sacarelli (*). Todos los amantes del deporte, e incluso aquellos que no lo son, admiran y se maravillan por jugadores como Diego Maradona, “el Rey” David Nalbandian, “el Pato” Cabrera o “Manu” Ginóbili. ¿Por qué? No sólo son expresiones exquisitas de aspectos técnico-tácticos, sino que cargan con un ingrediente de líder emocional que trasciende lo deportivo. En pocas palabras, son deportistas que siempre dan un plus por encima de las expectativas, y se percibe.

Uno de esos ingredientes es claro: les gusta ganar y dan todo lo que tienen (y más) para lograrlo, llegue o no el resultado esperado. En el proceso de evolución de un deportista, su primera etapa siempre tiene un fin lúdico. Juega, se divierte, y adquiere destrezas. Algunos, esas habilidades adquiridas les permite tener una proyección internacional. Pero en algún momento, cuando fija objetivos de competencia profesional, debe hacer un clic y comprender que para llegar a los primeros planos el resultado importa, y para eso hay que sacar el arsenal que tiene disponible y dejarlo todo.

Un entrenador de tenis explicó una vez: “el (deportista) juvenil gana por motivación, el profesional gana por determinación”. Es decir que un profesional se predispone a superar obstáculos, y gana porque entiende que debe ganar para seguir avanzando. A veces no tiene un buen día (o un factor de un partido lo irrita), pero apela a todos sus recursos que, aplicados con inteligencia, a veces le permiten llegar a conseguir una victoria que aparecía complicada.

La pregunta es: ¿cuándo se da ese clic mental en el que el deportista entiende la necesidad de triunfos para alcanzar objetivos? ¿cómo se transfiere de un entrenador a un deportista?

LA VISIÓN DE LOS ENTRENADORES

El reconocido entrenador de natación Daniel Garimaldi, explica: “A mis deportistas de alto rendimiento les digo cuál o cuáles son las maneras de triunfar y, muchas veces no está relacionado con el salir primero. Si el deportista da su ciento por ciento, eso es tan meritorio como salir primero”. Y agrega: “La falta de actitud impide un rendimiento al ciento por ciento. Para ser un ganador, el deportista debe salir con la idea ‘del deber cumplido’, habiendo dado todo lo que tenía. No hay competencia en dónde todos sean ganadores. Gana uno sólo y, si atendemos sólo al primer puesto como el triunfo de un deportista, el deporte estaría lleno de fracasados”.

El entrenador aclara que “no todos aspiran al primer puesto, entonces, lo más importante para entrenar a un deportista de alto rendimiento es que conozca sus limitaciones (no sus límites, son dos cosas diferentes), para que, si nunca gana, también pueda pensar que su performance fue exitosa. En actitud, hay muchos deportistas súper agresivos y, no son ganadores igual”.

Darío Martín, elegido recientemente el mejor técnico de béisbol cordobés, asegura que “me encanta ganar, pero soy un buen perdedor. No creo que ganar sea el objetivo. Si gano y mi equipo no juega bien, no lo disfruto, creo más en el crecimiento de los jugadores durante el proceso, ganar es sólo la frutilla del postre. El proceso y el crecimiento es lo más importante. Les transmito el amor a la camiseta, a la institución que representan. Siempre les digo que hay que salir a dar todo sin guardar nada, los resultados con trabajo van a llegar solos. Otra cosa que les transmito es que el equipo que más ganas tenga de ganar el juego, generalmente lo va a hacer”.

Desde el enfoque de un equipo, el ganar “es algo que se trabaja con el tiempo. Los equipos tardan en madurar. En mi caso me llevó 3 o 4 años convencerlos de lo buenos que eran, y cuando comienzan a ver los resultados su mentalidad cambia y se transforman en un equipo ganador”.

En el tenis, un deporte individual, el estudioso entrenador Javier Vittar habla también de un proceso, “en el que él (el deportista) va descubriendo, y uno lo va llevando con determinadas metas a lograr, y asociando que mientras más ganador sea, el éxito va de la mano. Así como el triunfar en un jugador Pro es ganar un torneo grande, que le abre puertas a las grandes Ligas; cuando sos junior el triunfo es llegar a estar entre los mejores para recibir beneficios o ser tenido en cuenta en equipos nacionales. Luego viene el desafío de ir a una gira por Europa o la clasificación a Grand Slams. Así vas llevando a que asocie que ganar te va abriendo el camino”. 

Vittar señala que “la actitud se trabaja más en el día a día, frenando esa falta de actitud en los entrenamientos, que vayan entendiendo que perder es parte de esto, y que si rescatan los puntos a mejorar van a lograr superar cualquier obstáculo”. Y agrega. “hay distintas personalidades y cada uno se aborda de una manera diferente. Algunos lo traen más natural, a otros hay que ir despertándole esa fuerza interior que lo hace ganador; es un trabajo de lo más apasionante”.

El destacado entrenador de judo, Nicolás Cruces, diferencia “alto rendimiento con ganar. El alto rendimiento en sí apunta a la mejor expresión posible de performance del atleta. No tiene que ver con el resultado, sino con el mejor rendimiento que pueda alcanzar. Obviamente el ganar es importante porque es un determinante de éxito o fracaso, pero pedagógicamente no es lo más indicado hacer hincapié en el ganar. Se sobreentiende que todos buscan ganar. Todos participan de una competencia para ser los número uno, y mejorando el rendimiento, tarde o temprano los triunfos llegan”, señala.

En los entrenamientos y la competencia, “si tengo que decirle a un atleta que ponga actitud, estoy mal. Se sobreentiende que cada uno de los que están ahí van a poner todo para conseguir un resultado. Apunto a que cada uno dé lo mejor de sí, que haga lo que hay que hacer. En cuanto a ganadores, hay judocas que ‘nacen’ siéndolo, a ellos se puede motivarlos para que den más, pero son capaces de ganarle a rivales que son mejores técnicamente que ellos; y hay gente que es muy buena que puede perder con rivales de menor nivel”.

Por otro lado, Cruces resalta el valor de la motivación: “es súper importante para la vida, no solo la competencia. Eso que se dice que el chico tenga el deseo de ganar, tiene mucho que ver con lo intrínseco. Hay herramientas de los entrenadores que se pueden utilizar para hacerlo reaccionar, hacerle ver que está dormido y que puede buscar lo que desea. Pero se puede hacer cuando uno conoce mucho a un atleta, porque hay algunos que con un grito reaccionan, y otros con el mismo grito se bloquean. La motivación es intrínseca, podés hacer un chispazo para que se despierte, pero si no está desarrollada no hay nada que puedas decirle que despierte esa motivación”.

Sebastián Pacheco, otro destacado entrenador de tenis y ex tenista de experiencia, tiene su propio método para que un jugador se dé cuenta de dónde está parado y a qué apunta. “Con la competencia se va incorporando de hecho. Yendo a competir, con los sacrificios que se hacen, si no tiene actitud se da cuenta solo y deja de jugar. Es cuestión de acompañarlo y hacerle ver las cosas dentro de un torneo. Una vez que estás ahí te das cuenta, porque cuando perdés rápido la pasas mal. La única forma es hacerle ver otros partidos, otros chicos o alguien que en ese momento esté ganando, y mostrarle la actitud que pone. Eso se va incorporando solo. Si no tenés madera para eso, se queda en el camino. En los torneos de despegue profesional se hace duro, se hacen sacrificios para entrenar, para encordar la raqueta, para lavar la ropa, no salís, no tenés todo servido. En los torneos a todos les gusta ganar, y hay una sola forma de hacerlo. Si perdés un partido un lunes y tenés que esperar hasta el otro lunes para volver a jugar es duro, ahí te empiezan a crecer las garras y los colmillos”.

LA MOTIVACIÓN DE LOGRO

Claudio Vasalo, reconocido psicólogo deportivo, explica que no se puede trazar una “relación lineal entre querer y poder, porque querer no es poder. Si fuera sólo querer, ¿quién no quiere ganar? Son muchas las variables que influyen. Hay deportes en los que analizas y hay variables que inciden más que otras. En estos deportes de oposición, con variables tan cambiantes, sólo definir por lo que se gana es erróneo”. 

Vasalo resalta en aquellos deportistas exitosos lo que se denomina “índice de transferencia. Hay algunos que compiten mejor de lo que entrenan, otros que entrenan mejor de lo que compiten. Los mejores entrenan cada vez mejor y compiten cada vez mejor. El perfil competitivo tiene que ver mucho con cómo son capaces de manejar el estrés, la gestión del estrés, y en eso los perfiles de deportes individuales lo gestionan solo, no hay un equipo para compartir”.

Sobre si eso viene con el deportista o se desarrolla, el psicólogo sostiene que “al deportista se potencia, puede aprender a ser más competitivo. Si tiene un nivel de competencia de 3 puede llegar a 6, pero nunca a 10. Tiene una competitividad y motivación del logro diferente al logro”. ¿Cómo se trabaja? “Hay una fase de entrenamiento que es la exposición a situaciones competitivas para habituarlo al estrés. Si fuera un entrenamiento de tenis harías que juegue sets y saque siempre 15-40 –asegura-. Lo importante es el índice de transferencia (disponer de los recursos), y el estrés inhibe la transferencia. La motivación es dirección e intensidad del esfuerzo, lo dirige a ganar sin que interfiera otra cosa. No interfiere nada en su cabeza”.

Vasalo resalta la “personalidad muy competitiva, con alta motivación de logro, esos deportistas entrenan bien y compiten bien. Ves el entrenamiento de Bielsa y es más duro que la competencia. Las Leonas entrenaban con los varones y subían el estrés. Aquellos deportistas con un Alto nivel de motivación de logro, se destaca por la perseverancia, insisten hasta que lo consiguen. Hay una frase de Velazco, el exentrenador de vóley de la selección argentina: ‘en la selección solo juegan los buenos que tienen ganas de ser mejores’. Se refiere al alto nivel de motivación de logro”.

Para Clyde Beltrán, coach y madre de deportistas de alto rendimiento, “es un proceso continuo: descubrirán el deporte que los entusiasme, primero se divertirán. Si se convierte en pasión, incorporarán disciplina mientras cumplen con el plan de entrenamiento. Si despierta el interés por medirse, los estimulará a superarse y competir. En ese momento será apropiado un entrenador físico y técnico, psicólogo deportivo, plan de competencia y mucho apoyo emocional y económico. Por épocas la presión crece, conjuntamente con los resultados. Pasarán estadíos de duda, el deporte que los divertía se convierte en un trabajo con obligaciones y exigencias. Habrá emociones encontradas, cansancio, derrotas, éxitos y dudas. Para entonces su desarrollo integral deberá ser sólido en objetivos y autoestima”.

María Natalia Pedernera, coach ontológico profesional y máster en Psicología Social, aclara que como coach “todo eso se construye en un proceso de trabajo para que vayan por sus objetivos. Tratando de mejorar su mejor versión en cada paso que damos. La actitud es un proceso que en primera instancia se establecen los objetivos y lo que quiere trabajar el deportista. En base a eso hacemos una planificación, y ahí surge todo lo que él o la deportista necesita entrenar, generando dominio de la autoconfianza, la capacidad de estar presentes, la atención plena, la concentración”.

(*) Periodista deportivo. Director de Talento Sports, Marketing Comunicacional.


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