PSICOLOGÍA DEL DEPORTE: Tenis en la niñez, valores y presiones (por Sol Rotondo, psicóloga del deporte)

Por Sol Rotondo (*). El tenis es un deporte individual que puede ser practicado a lo largo de toda la vida en forma recreativa o competitiva. En el presente artículo me dedicaré al caso de los niños que lo llevan adelante de manera competitiva, cuáles son los beneficios y los peligros que pueden resultar de la práctica del mismo, haciendo especial hincapié en el acompañamiento por parte de los padres que puede favorecer el desarrollo de una experiencia positiva. 

Como deporte de competición puede enseñarle al niño distintos y variados aprendizajes tales como: el esfuerzo, trabajar para conseguir un objetivo, superarse a sí mismo, tener responsabilidades, o ir adquiriendo cierta independencia, ya que es un deporte en el que está solo en la cancha, fortalece el autoestima a través del descubrimiento de sus recursos y de la visualización de algunas limitaciones, le aporta un espacio de juego y diversión, lo lleva a aceptar reglas, a respetar a un rival, a un árbitro y a su entrenador, le desarrolla la tolerancia a la frustración, debido a que es un juego en el que se encuentra con errores, entre otras cuestiones. Pero, al mismo tiempo, es un deporte de precisión que requiere una gran preparación, es decir, muchas horas, días y años de trabajo para lograr un buen rendimiento, que de todas maneras no está garantizado, por lo que si no se trabaja de manera adecuada también puede ser un lugar en donde se desarrollen presiones, estrés, agotamiento físico y problemas de autoestima y/o autoconfianza. Además, es un juego de oposición en el que hay un resultado de por medio, un ganador y un perdedor, con tiempo de juego ilimitado, es decir, el partido no termina hasta el último punto por más ventaja o desventaja que haya en el resultado. Con lo cual, es un deporte que implica convivir con la incertidumbre, algo que puede ser difícil de llevar para un niño y para lo cual se requiere contar con algunas herramientas que van más allá de lo técnico, táctico y físico. 

Hablar de niños implica hablar de padres. Estos últimos son fundamentales para que los chicos jueguen al tenis, son los primeros que los acercan al deporte y sin su apoyo sería una tarea imposible de llevar adelante. Debido a esto, resulta importante incluirlos dentro del proceso deportivo y formarlos para que puedan acompañar desde un lugar saludable, sacándole lo positivo al deporte, tanto ellos como sus hijos, más allá de los resultados que puedan llegar a alcanzarse con el mismo. 

Recomendaciones para padres de niños tenistas:
Centrarse en el rendimiento (¿cómo jugó?) y si se divirtió en lugar de enfocarse solamente en los resultados de los partidos, los niños de por sí son competitivos y quieren ganar siempre. En etapas formativas hablamos de procesos, no de resultados o rankings. 
Premiar el esfuerzo y el trabajo realizado antes que el éxito. 
Recordar la idea de que es sólo un deporte,  considerarlo como una preparación para la vida y tratar de desarrollar otras áreas de interés (por ejemplo: estudios, idiomas, etc.). 
Intentar comprender y compartir las presiones emocionales y complejidades inherentes al deporte, buscar acompañarlos y ayudarlos a que aprendan a enfrentarlas. El escenario de una competencia no es fácil de manejar y las etapas formativas sirven para aprender en relación a esto. 
Transmitir que el deporte de competición es una experiencia positiva, fundamentalmente desde la perspectiva del desarrollo de la persona. Enfatizar aspectos importantes tales como: la deportividad, ética, responsabilidad y una actitud positiva hacia los demás. 
Dar a los hijos mayores responsabilidades con el tiempo, que aumentarán su autoconfianza e independencia.
Comprender que los niños no sólo tienen derecho a participar en el deporte, sino también la elección de no participar. 
Respetar la experiencia y el conocimiento del entrenador. El acompañar a sus hijos en esta actividad implica elegir un entrenador en el cual confíen, esté capacitado para llevar a cabo el trabajo de formación y delegársela.

(*) Psicóloga. Lic. en Psicología (U.J.F.K) y Especialista en Psicología Deportiva (APDA). Ex tenista. 


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