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MUNDIAL QATAR 2022: Las 10 enseñanzas que nos dejó el gran triunfo argentino, más allá del campo de juego

MUNDIAL QATAR 2022: Las 10 enseñanzas que nos dejó el gran triunfo argentino, más allá del campo de juego

Atrás quedaron los nervios y el trámite infartante de la gran final entre Argentina y Francia, y los festejos desaforados por el "tri" albiceleste. Y las lágrimas de uno de los grandes artífices de esta victoria, el técnico Lionel Scaloni, y la sonrisa de oreja a oreja de Lionel Messi y de todo el plantel, y de millones de argentinos, claro.

Claro que será difícil de olvidar la enorme y gigantesca atajada del Dibu Martínez en los instantes finales, y cómo se acrecentó su figura en los penales. Tela para cortar que por suerte queda para más adelante.

Pero quiero invitarlos a otras reflexiones, que vayan más allá de lo futbolístico y que bien vale repasar.

1) La capacidad argentina de reinventarse. Es probable que equipos como Francia e Inglaterra intimiden. Por nombres y porque sin dudas, en cada partido las cosas pueden no salir como se esperaba. Se cayó Lo Celso semanas antes del Mundial, una pieza clave, y apareció Alexis Mac Allister; Enzo Fernández entró de última y con 21 años se ganó el puesto de titular; y el espíritu de sacrificio de Julián Álvarez se impuso a la capacidad goleadora de Lautaro Martínez. Pero como había un funcionamiento y un equipo solidario, eso no afectó el objetivo y Scaloni pudo reinventarse, sobre todo después del traspié frente a Arabia Saudita.

2) La notable respuesta de la gente. Silvina Chediek tuiteó que esperaba que esta unidad siguiera para siempre, eliminando nuestras grietas y agresividad que caracteriza a la gente de nuestro país. Ojalá. Por un mes pusimos nuestra mirada en la Selección, una pasión argentina. Ojalá estar bien, vincularnos bien, preocuparnos por la salud, la pobreza, la seguridad, el trabajo fuera parte de ese mismo sentimiento. Claro que los políticos deberían ayudar.

3) Lionel Scaloni. Que Messi era un genio lo sabíamos. Desde siempre. Y aún así lo cuestionábamos, lo que nos demuestra que somos miopes. Pero lo de Scaloni es maravilloso. Se aguantó el menosprecio y las dudas, hasta que el Maracanazo de la Copa América le dio oxígeno. Construyó un equipo limpiando la Selección, lideró el grupo, trazó un objetivo y lo alcanzó. Respetó la esencia del fútbol argentino como pregona Menotti, analizó los rivales como Bilardo y mantuvo la línea limpia y transparente de José Pekerman. Ojalá lo imiten.

4) Nada nos llega fácil, pero llega. Le pasó a Fillol en la final del '78, cuando Resenbrink pegó un tiro en el palo en el minuto 90; y a Pumpido cuando tras estar 2-0 en el arranque, Alemania empata 2-2 en la final del '86. Y nos pasó en Qatar, con 10 minutos fatales en el tiempo regular y un penal en el suplementario. Infartante. Pero ganamos. Antes sufrimos con Australia y Holanda, pero ganamos. Todo nos cuesta, pero así es Argentina, siempre salimos adelante.

5) Podemos hacer las cosas bien. A fuerza de creer y de empujar, remando en "dulce de leche", Scaloni, Aymar, Ayala y Samuel (el cuerpo técnico), con el respaldo de AFA, nos llevaron a buen puerto. Pero lo mejor, lograron que este equipo se identificara con la gente. Sin nombres rutilantes salvo Messi y Di María, hicieron un trabajo meticuloso. Se podría haber perdido la final, o en los penales contra Holanda, y el proceso hubiese sido válido. Es que a este plantel lo componen buenos chicos, sin egoísmos ni estrellatos. Humildad y solidaridad, respaldados con talento, entrega y compromiso. La fórmula del éxito.

6) La calidad natural del deportista argentino. Ya sabemos que Messi es un extraterrestre, y corrió como un pibe con 35 años, sumándole entrega y respuesta física a su incomparable talento. Pero el resto, cuando se pone la celeste y blanca, juega más de lo que juega. Acuña es un tractor por izquierda pero Tagliafico lo suple fenomenalmente; igual Paredes; De Paul se agiganta; Nahuel Molina borró a Mbappé; los del banco entran y rinden. La actitud no se discute, como dice De Paul. Y eso lo vemos en los deportistas argentinos. Sabemos que es nuestro camino.

7) La confianza extrema, parte de las virtudes. Este equipo no sólo juega bien. Todos y cada uno de los integrantes confía en sí mismo y en sus posibilidades. No se achican frente a los nombres, la envergadura del rival, la fortaleza física de los que tiene enfrente (casi en todos los partidos estuvieron en desventaja en altura y fuerza). Si el Dibu "trabaja" psicológicamente a sus rivales, si se hace el "Topo" Gigio a un Van Gaal, si se habla en la cancha, si se le planta a los rivales, es parte del juego y de los argumentos propios. Así nos formamos en nuestro contexto. Así somos, y muchas veces es un plus. Por eso había que creerle a Messi cuando dijo: "confíen, este equipo no los va a dejar a pie".

8) Los ecos en el mundo. Bangladesh, la India, Latinoamérica, Escocia, Indonesia, España, ¡Brasil! y todo el mundo festejó con Argentina (salvo Francia, claro). Maravillosa empatía ganada por la enorme figura de Messi (el tenista británico Andy Murray planteó que era el deportista más grande de todos los tiempos) y la humildad de un equipo humilde y comprometido, y de alta calidad. Inolvidable.

9) Di María, el crack que no supimos ver. Figura clave, desequilibrante, talentoso, "el Fideo" demostró que es de los mejores del mundo y base de este equipo a la hora de romper defensas. Un socio fundamental para Messi, que tuvo su revancha en Qatar 2022. Y en la misma línea, uno de los mejores defensores de la Copa: Otamendi, impasable.

10) La Argentina de valores que debemos recuperar. Este equipo es un cúmulo de valores que nuestra sociedad debería imitar. Apenas llegó el equipo al país y desde el kirchnerismo ya fueron calificados de "desclasados" por no ir a la Casa Rosada y no querer politizar la conquista. Y aparecerán los que quieren colgarse de la victoria. El mayor temor de todos es no ver la señal, los ejemplos, el modelo de trabajo, y retornar a lo que nos ha estado oprimiendo en los últimos años: nuestra propia miopía a la hora de ver el camino a seguir.

Ah, y un comentario más argento: un saludito al presidente del Barcelona, que fue visionario y se desprendieron de Lio, a quien le daban dos años más de actividad, para que lo disfrute el PSG. Y a los del Balón de Oro 2022, que no lo pusieron entre los 30 finalistas en la ceremonia realizada en octubre. Dos meses después fue el mejor del Campeonato Mundial. Parece que en 2023, el Balón de Oro ya tiene nombre. Ay, ay, ay.
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