Ricardo Díaz tiene 36 años, es Técnico Provincial 1 de vóley y ha enfocado su pasión para encarar el desafío de armar el vóley masculino en el Club Dolphins de Córdoba.

Hoy por hoy, tras 18 años de jugar y formar jugadores, dirige los equipos del Club de Villa Eucarística y también juega, “para ayudar un poco al equipo y despuntar el vicio”. Por eso, cada martes y jueves sale de su trabajo a las 17 y desde las 17.30 “le pega” hasta las 22.30.

“Cuando llegué querían formar una A1, que exige divisiones inferiores, una Sub 18, Sub 21 y Sub 23, más la Primera. En el club tratamos que los chicos aprendan bien los golpes, los fundamentos, golpes de abajo, de arriba, el ataque. Pero sobre todo les enseñamos que sos parte de un grupo y que eso es lo que nos va a llevar a que nos vaya bien; tiene que ser siempre de esa manera, compartiendo”, advierte Ricardo, como para dejar en claro el principal concepto de su trabajo.

De ahí que haya “sintonizado” muy bien con el Club Dolphins, que tiene ese particular espíritu “de familia” en todas sus disciplinas. “Cuando Gustavo (Gómez) me hizo la propuesta, me comentó cómo se maneja el club y es muy lindo. Entre todos nos ayudamos, está bien organizado y eso es muy bueno”, destacó.

Por supuesto que armar un equipo y sus divisiones promocionales no se hace de la noche a la mañana, pero van bien encaminados. “Con la Primera arrancamos en B, que es categoría única, ahí jugás cuando no tenés divisiones inferiores. El domingo que viene debutamos en Juárez Celman, y el martes que viene jugamos de local, a las 22 horas, en el club”, cuenta el entrenador.

¿Cuál es el objetivo? “Con la Primera, por ahora, es tener un equipo competitivo, que traigo desde antes y al que le hemos sumado un par de jugadores. La idea que tenemos es apuntar a ganar este campeonato B. Es de 12 equipos, así que va a estar lindo –dice entusiasmado-; y ya a mitad de año que los chicos se sumen a la Federación y entremos en A1, que va a ser más competitivo todavía. En esta primera parte del año queremos formarlos bien, que se puedan divertir más que nada, no hacerlos competir de entrada y que se frustren”.

Respetando su mirada del vóley, en Dolphins juegan todos: “tenemos gente de 48, 49 años, viene gente grande. Obviamente cuando entrenamos, los hacemos entrenar con nosotros, pero a la hora de parar en la cancha, de un lado están los federados y del otro entran todo el resto. Siempre trabajamos con la idea de que la gente se sume, que la que viene sea parte del grupo más allá de sus condiciones”.

Por el momento Dolphins cuenta con una nutrida categoría Sub 18, y alrededor de una docena de jugadores en Sub 23, además de la Primera, con la que busca ganar rodaje para objetivos mayores. La Sub18 entrena martes y jueves de 17.30 a 19; la Sub 23 de 19 a 20.30; y la Primera de 20.30 a 22.30.

Ricardo Díaz insiste: “Cualquiera se puede sumar, con los horarios que tenemos los hacemos entrenar todos juntos. Sumamos Sub 23 a la Primera para que vayan teniendo rodaje con los más grandes. Y dependiendo de la competitividad que tengamos, veremos si habilitamos otro horario más”. “Gracias a Dios todas las semanas se suman uno o dos. Siempre el boca a boca ayuda. Después por tiempo u horarios hay gente que viene más o menos días”, agregó.

-La diferencia que vas a encontrar si venís con nosotros, es que nos vamos a preocupar porque progreses. Por lo menos desde mi parte siempre buscamos eso. Quizá sea un poco rompe b… con la técnica porque, si no la aprendés bien, te va a costar mucho jugar; y queremos que juegues. 

Tenemos un grupo humano excelente. Desde los profes para abajo. Soy de San Juan, cuna de vóley, y allá se vive de otra forma. Y quise aplicar eso y que en el grupo seamos todos iguales y todos compañeros.

Otra de las motivaciones del entrenador es que “acá hay varios chicos que por sus condiciones van a andar bien, y puliéndolos un poco pueden llegar lejos. La condición del vóley es sobre todo la actitud. Hay jugadores que tienen condiciones físicas porque son altos, el tema es la actitud. En este grupo han aprendido que me tienen que escuchar para aprender. Y fuera del vóley enseñamos que tengan otras pequeñas cositas que van a necesitar el día de mañana”.

A Ricardo Díaz le despertó su pasión por el vóley a los 8, cuando empezó a jugar. Y de allí sacó sus enseñanzas que hoy quiere transmitir: “el vóley te enseña cómo vivir, te da siempre otra pelota, otra oportunidad, para solucionar el error que tuviste. Y tu cabeza debe trabajar para que el error no vuelva a estar. El vóley me dio muchos amigos y muchas satisfacciones. Por eso, quien quiera sumarse que se sume, se van a divertir y seguramente van a aprender un poco más”.

La invitación está hecha.