Es que el tenis no es un deporte grupal. En un deporte de conjunto, cuando ‘no la sentís mucho’, en el básquet o en el fútbol, la tocás y la pasás, defendés y ponés garra, y no te involucras mucho y ya está. Pero en el tenis no podés hacer eso, no hay dónde esconderse ni ponerse detrás de nadie, no se puede decir ‘no la toco porque no me siento seguro’. En el tenis jugás vos, y si caes en lagunas se te pasan tres games y del 2-2 te pusiste 2-5 o se te fue el set. Por eso siempre insisto ‘quédense en la cancha’, aunque no se sientan cómodos o las cosas no salgan.

Siempre hay una vuelta para quedarse mentalmente. Hay que buscar un patrón en el que sabemos que no vamos a errar. No importa si no la sentís. El tenis consiste en pasar la pelota para el otro lado, no sólo hacer winners. El punto vale lo mismo con un winner propio o si el otro se equivoca y la tira afuera. Si las cosas no salen como queremos, la idea es quedarse en la cancha, jugar con un patrón en el que no uses mucho la cabeza porque en ese momento podés estar tomando decisiones equivocadas. Hay que jugar todas al punto débil del jugador o todas cruzadas, cosa que no haya mucho para pensar, porque cuando pensás y tomás malas decisiones, la erras.

Hay que ‘quedarse’ aunque se pierda el primer set, o te ganen dos puntos seguidos, o te roben una pelota. Hay que quedarse porque cuando te descuidas se fueron tres games y el set, o el partido. Y cuando vas perdiendo 1-4, hay que quedarse, seguir luchándola, buscar la forma de que la luche el rival, porque los partidos no son fáciles de cerrar y el rival también duda cuando hay que cerrar el partido, y es cuando vos tenés que estar. Si estás en la cancha, y te has quedado, si no te fuiste, y el partido de 1-5 pasa a 3-5, el rival duda más y podés aprovecharlo. Y si el jugador hizo 3 errores no forzados, tiene que fijarse qué está haciendo para que no haga 5. Por ahí pasa mucho del juego.

¿Dónde se aprende? En los entrenamientos. Si hacemos un ejercicio de patrón de juego y se equivocan dos veces, les remarco este punto. Que se ‘ponga las pilas’, que piense que está haciendo, que busque una pelota mientras piensa y lo vuelve a hacer. Es todo por la cabeza y la madurez del jugador.

Esos son momentos en los que uno debe hacer lo que mejor sabe hacer. Tal vez no es un día para tirar a las líneas, sino para jugar un metro y medio adentro, y que el otro se equivoque. Total, físicamente estás bien, entrenan, van al gimnasio, están preparados. Tal vez es un día para correr, para el sacrificio.

Y no es lo mismo salir de la cancha ‘vacío’ porque entregaste todo, y aceptar que no fue su día o el otro jugo mejor, o perdí por dos pelotas. No son las mismas sensaciones cuando dimos todo y no pudo ser. Incluso para el entrenador que viaja, acompaña. Si ve que los chicos tiran los partidos, no es igual a que cuando ve que los dirigidos dan todo. Entonces se motivan y sólo piensan en entrenar esos puntos en los que la victoria se fue por muy poco.