Noticias

Enterate de todo lo que pasa.

TENIS: Cómo llegar a los Grand Slams Juniors en dos años, la experiencia de Javier Vittar

TENIS: Cómo llegar a los Grand Slams Juniors en dos años, la experiencia de Javier Vittar

Uno de los grandes desafíos del desarrollo de una actividad deportiva, es la inserción profesional. Desde que un juvenil sale de las esferas regionales para iniciar su camino al roce internacional. Si es un jugador de excepción, ese camino tendrá una curva de ascenso marcada; si es un jugador más cercano a lo terrenal, será más gradual y proyectado en el tiempo; pero siempre tendrá a los torneos ITF Juniors, en la transición.

Con esa consigna, cada entrenador analiza potencial del jugador, recursos, posibilidades, y traza una hoja de ruta. Y acá aparece otro problema para un tenista y su entorno: no todos los entrenadores están dispuestos a apostar en viajes, tiempo y dinero (lo cual es absolutamente legítimo); y en segundo término, no muchos tienen el conocimiento para anticipar los movimientos de qué torneos elegir para sumar experiencia y puntos que le permitan ascender.

En 2016, Francisco Vittar ingresó al main draw junior de Roland Garros y la clasificación de Wimbledon. Para 2017 jugó ambos cuadros y estuvo 20° del mundo en ITF (Sub 18), una campaña en la que fue acompañado por Juan Martín Jalif y Franco Ribero. Esos logros, anhelados por muchos juniors de Argentina, fue el resultado de un trabajo minucioso y medido por el entrenador cordobés Javier Vittar, quien hoy dirige la Academia junto a Diego Gallo y Matías Oddone, desde que estos chicos tenían 14 años.

Vale recordar cómo fueron aquellos pasos, para tomar verdadera dimensión de lo que exigió:

Los comienzos. “En el segundo año de Sub 14 de los chicos (en 2013) hicimos algunos torneos Cosat de Sub 16 para ir adelantando (experiencia y puntos). Más o menos lo mismo que después fui haciendo en 18. Fui estudiando mucho los juniors, cómo funcionaba el sistema, el cronograma de los que se destacaban. Vi un denominador común: no había un megacrack, sino que tenían inestabilidad, picos y bajas, y se mantenían gracias a esos picos. Ellos disponían de sus chances gracias a la cantidad de torneos que jugaban. La estadística me llevó a marcar más o menos la cantidad de torneos que podían llegar a tener que jugar para estar con posibilidades. Después obviamente fueron acompañando los resultados”, explicó Vittar.

Armarse para el viaje. Vittar hizo su apuesta. Compró una camioneta y comenzó sus recorridos por Sudamérica. Con él al volante y los chicos viajando atrás. Los registros del sitio de la Federación Internacional de Tenis arrancan el 7 de julio de 2014, cuando Jalif sorteó la clasificación y perdió en segunda ronda en el 9° Paraguay Open Junior, en Luque. Ese año el kilometraje acumulado reflejó también el viaje de Luque a Lambaré en Paraguay, y el posterior paso por Villa María y Buenos Aires, en torneos juniors. “En kilómetros fueron muchos, pero no sólo en la camioneta. El sacrificio fue muy grande por una cuestión económica, porque tuvimos poco apoyo. De ahí de hacer cosas a pulmón. Te lleva a un desgaste importante, pero es el camino”, resumió.

2015, entre los mejores de Sudamérica. Para marzo de 2015 los tres estaban entre los 10 mejores Sub 16 de Sudamérica y tenían chances de ir a la gira europea con el equipo sudamericano (un premio a sus resultados en la gira Cosat). “Vi que iban a pelear por una plaza entre ellos mismos y prioricé posicionarlos en ITF (Sub 18) para ir ganando tiempo. Sabía que Jalif, que finalmente fue a Europa, pronto se iba a acoplar porque iba a volver con confianza y con ritmo. Así que con Fran (Vittar) y Franco (Ribero) prioricé hacer base en 18. Fue una buena idea. Si no jugás lo que tenés que jugar, no tenés los puntos y así se te hace más pesado. Tenés que jugar clasificaciones muy exigentes que van haciendo que no puedas jugar”, explicó el entrenador.

Un escalón más arriba. Así, el entrenador apostó a exigir siempre a sus jugadores en un escalón superior. Cuando tenían 14 años, jugaban en Sub 16, y cuando tenían 15 lo hizo en Sub 18. Una manera de adquirir experiencia pero sobre todo roce y puntos de ITF para sortear mejor las clasificaciones de los torneos que vendrían. Había que saber ganar pero sobre todo aprender de las derrotas. “Había que tener la visión de lo que había que hacer, y los padres confiar en lo que uno les planteaba. Que ellos confíen y ‘vean’ que el proyecto podía tener éxito”, resume. Para 2015 los resultados empezaron a verse. En la temporada anterior, dando hándicap en edad, Jalif ganó en su segundo año de Sub 16 el 10° Paraguay Junior Open y fue finalista en Bahía (Brasil); mientras que Vittar fue semifinalista en la Copa Diana ITF Junior 2015 de El Salvador, y alcanzó las finales de Florianópolis y Londrina en Brasil.

Objetivo: Grand Slams Juniors. En 2016 el equipo de Javier Vittar se apoyó en la gira sudamericana Cosat (empieza en Venezuela y finaliza en Brasil), para sumar los puntos necesarios que les permitiera viajar a Europa con un ranking interesante. Arrancó en la Copa del Café, en Costa Rica, y luego siguieron por Venezuela, Colombia, Ecuador, Chile, Argentina, Paraguay y cerraron en Brasil, con los torneos Banana Bowl y Porto Alegre. “El Grado A de Brasil, donde Fran hizo semis, y en el que le ganó a un americano muy bueno (Nathan Ponwith), a un israelí (Yshai Oliel) que había ganado el Orange Bowl, eso marcó un quiebre en todo. En Brasil vi un cambio que me planteó que estaba por el camino correcto y que las cosas podían andar bien”, explica el entrenador. Para abril, los números reflejaron el esfuerzo: Jalif (55°) y Vittar (53°) se metieron entre los 60 mejores juniors del mundo ¡en el primer año de la categoría! El anhelado ranking para no tener que sortear las esperadas clasificaciones exigentes en torneos europeos estaba en sus manos. Incluso la chance de poder jugar los cuadros Juniors de los Grand Slams.

A Europa, por experiencia. Con esa posición, entrenador y jugadores planificaron una gira para sumar experiencia en Europa. Los internacionales en Italia de Prato, Santa Croce y Copa Bonfiglio, preparatorios de Roland Garros, les permitió medirse con los jugadores que después estarían en el Grand Slam de París. Y dos torneos en Alemania y otro en Roehampton sobre césped, prepararon el desembarco en la clasificación de Wimbledon. 

Sin contemplaciones. “Estábamos acostumbrados a que las primeras rondas te perdonaban algunas desatenciones, pero en Europa te mandan a tu casa. Los chicos están al nivel pero se van a tener que adaptar. Cuando te pasa un par de veces eso, en los torneos sucesivos van con más cuidado. Eso es lo que viene –destacó Javier Vittar–. Para darte una relación: los jugadores que íbamos a buscar en cuartos o semis en Sudamérica, acá los tenemos en primera ronda. Y en la clasificación también. Entonces el nivel es con los mejores de Asia, los mejores de Europa, de Estados Unidos, de Sudamérica. Es el desafío. Los partidos siempre fueron con chances, pero todavía les faltaba estar a plena exigencia desde el primer minuto del primer partido”.

La motivación del Gran Circo. “Sé que es muy duro pero vale la pena por un montón de aspectos que veo positivos en el desarrollo. Pienso que todo lo que les está quedando a ellos es positivo, a nivel humano, a nivel intelectual, no solo tenístico. Intento estar atento a que todos esos aspectos para que ellos progresen: que aprendan otro idioma, que sepan manejarse solos, tener un poco más de mundo, saber a qué lugar vamos, cuál es su historia. Abrirles la cabeza no sólo en lo tenístico, sino también como personas”, agrega. Claro que la experiencia de París no es lo mismo. Estuvieron en el vestuario al lado de David Ferrer o Tomas Berdych, y compartieron el gimnasio con Andy Murray, eso los trasladó a otro mundo.

Al regreso, retomar el camino. “Esto no me cambió nada. Hay una forma de trabajar que me permitió llegar a donde estoy y sé que lo puedo repetir. Se tienen que conjugar varias cosas, pero se puede hacer. Con padres que tengan la visión, den el apoyo y que crean en un proyecto que puede ser mío o de otro. Y el entrenador debe tener el compromiso. Me encargué de muchas cosas para que esto resultara, y de convencer a padres y jugadores, de que era posible llegar”.

Hoy Javier Vittar acompaña a otra promesa cordobesa en las canchas de Il Tempo: Valentín Basel. Con la experiencia que da el camino recorrido, el entrenador cordobés conoce dónde pisar para seguir avanzando. El camino de la excelencia nunca es fácil, pero ya lo hizo una vez y puede volver a repetirlo.

Volver a Noticias de Tenis