AJEDREZ: “En esas 64 casillas, donde se mezclan la imaginación, la intuición y el arte” (Sergio Jmelnitzky, campeón aficionado del Club Ajedrez Pensado)

“Realmente me sentí muy orgulloso y feliz de volver a jugar un torneo y poder ganarlo, demostrar que uno está vigente aún. Para mí es un logro muy importante”. Las palabras pertenecen a Sergio Jmelnitzky, quien mantiene la pasión por el ajedrez que le inculcó su abuelo de niño, y que a los 59 años sumó otra satisfacción al consagrarse como el Campeón Aficionado 2021 del Club Ajedrez Pensado de Córdoba.
Sergio nació en Córdoba el 23 de febrero de 1962, es comerciante, y juega desde los 10 años, cuando participó de “un torneo muy conocido organizado por La Voz del Interior en 1972. Me enseñó a jugar mi abuelo y fue algo que me atrapó de entrada. De pibe el ajedrez era lo máximo para mí”.
Desde que su abuelo le puso un tablero delante y le enseñó a mover las primeras piezas, “siempre fue para mí algo mágico, atrapante y bello. Por todo lo que uno puede hacer en esas 64 casillas, donde se mezclan la imaginación, la intuición y todo el arte que uno puede darle a cada partida”.
De ahí que “haber clasificado a semifinales en ese torneo en 1972 teniendo solo 10 años fue algo inolvidable. Fue mi primer torneo, pero el más grande en cuanto a jugadores principiantes de Córdoba”.
Si tuviese que definirse como jugador, basta con decir a quién admira más: “me gusta el juego posicional y de ataque, pero a la vez admiro a los jugadores que se salen de los libros de ajedrez y utilizan su propia creatividad. En ese sentido para mí no hubo otro como José Raúl Capablanca, un intuitivo del ajedrez, pura magia natural fluyendo por el tablero y sin tantos estudios de libros de ajedrez”.
Mirándose al espejo, “me considero un jugador posicional, con buen desarrollo de piezas en la apertura y tratando de ser lo más compacto posible. Con un buen desarrollo y un buen centro es lo que hace que de a poco la posición vaya siendo ganadora. Creo ser táctico y trato de ir descubriendo los errores del rival a medida que la partida avanza”.
A los momentos previos a cada torneo los “vivo con una adrenalina especial. Por un lado siento la emoción de los torneos de cuando era pibe, y cuando estoy sentado jugando una partida no me cabe duda que siento que es el lugar donde me siento más cómodo. Más allá de un poco de nervios lógicos, es mi cable a tierra, siento que ganar es muy importante, pero estar jugando con gente que tiene la misma pasión es lo máximo”.
Por esto, “no se puede pensar que uno va a ganar siempre, sería ilógico que así fuera. Ganar es muy importante, la forma de ganar o de perder una partida de ajedrez es en realidad lo que me da alegría o tristeza; al ser un juego de tanta precisión un mal cálculo, una jugada equivocada que te haga perder una partida es lo que hace que la derrota o victorias de todas las partidas sean diferentes”.
Entonado por el triunfo, enfrenta potenciado el desarrollo de su pasión. “Ojalá la pandemia nos deje seguir jugando -anhela Sergio-. Mi objetivo en el Club Ajedrez Pensado es estar con gente del club, donde uno se siente muy bien atendido y acompañado. Y seguir jugando torneos. En ese lugar, con la gente que encuentro allí, me hace sentir de la mejor manera”.