FUNDACIÓN EL PLACER DE JUGAR: Cómo las personas con CEA superaron los efectos de la pandemia

Durante la crisis del coronavirus, muchas familias que tienen niños con Condición del Espectro Autista (CEA) se enfrentan a la suspensión de servicios esenciales que sus hijos están acostumbrados a recibir. Los niños con autismo pueden tener dificultades para adaptarse a los cambios en su rutina y entorno. A pesar de que las necesidades de cada familia son únicas, hay algunos puntos de partida comunes a considerar en la adaptación a esta “nueva normalidad”.

Frente a esta realidad, la tarea de la Fundación El Placer de Jugar, que funciona en las instalaciones del Club Las Palmas y que dirige Gustavo Eguiguren, no fue la excepción, y los obligó a acomodarse rápido a las nuevas circunstancias.

CONTACTO: Dirección: Juan García Martínez 323, Córdoba. Móvil: (+54 351) 758-8383.

“En la pandemia se les cambió la estructura de sus rutinas, en sus actividades diarias –cuenta Luis Criado, profesor de Educación Física y uno de los coordinadores de la Fundación-. El trabajo para reinsertarlos viene del año pasado, con vídeo llamadas personales (profe/alumno) o grupales donde participaban por grupos de acuerdo a la edad. También hicimos actividades presenciales con el niño o niña en la casa. Eso permitió mantener el vínculo del profe con el alumno”.

Otro de los coordinadores, Lucas Dambo (28 años), AT y estudiante del profesorado de Educación física, destacó que “la pandemia incidió directamente en la estructura organizada de los niños y jóvenes; y sobre todo en la cuestión social. En algunos casos el hecho de no poder concurrir a ciertos lugares (escuelas, club, centros terapéuticos) cortaron un proceso que venía avanzando”.

Dambo confirma que “nuestro trabajo comenzó el año pasado a través de la virtualidad, en donde priorizamos el vínculo niño o joven con el profesor. Y hacerlo en forma grupal resultó una experiencia muy positiva y un aprendizaje muy grande. Luego, cuando nos permitieron el retorno a los clubes, empezamos a realizar actividades presenciales con grupo reducido”. Y agregó: “desde la fundación hacemos hincapié en el área social de cada niño o joven a través de actividades recreativas, lúdicas y deportivas las cuales son nuestra primera herramienta para lograr la reinserción a esta nueva normalidad”.

El profesor y coordinador Nahuel Sampaolesi, acompañante terapéutico y estudiante avanzado del Profesorado de Educación Física, destacó que el proceso “fue bastante difícil, ya que los chicos al no poder acceder y concurrir a su espacio, al que tanto estaban acostumbrados (la Fundación) afectó el factor social, y la sociabilización. El vínculo para las personas con CEA es indispensable, por lo que nuestra labor fue capacitarnos y brindar clases virtuales para mantener ese vínculo, hasta que se fuera normalizando la presencialidad”.

Actualmente, para reinsertarlos en la "nueva normalidad", Sampaolesi destaca que “trabajamos mucho con las ayudas visuales o los pictogramas, ya que estos nos permiten facilitar la comunicación con las personas con CEA y organizar sus jornadas. Por otro lado, estimulamos la sociabilidad a través de juegos, actividades deportivas y recreativas, teniendo en cuenta las medidas de seguridad-higiene del COE”.

La pandemia cambió las reglas de juego y obligó a los profesionales a buscar alternativas. Pero lo que fue un proceso cuesta arriba en un principio, hoy implica un incremento de herramientas para afrontar situaciones que rompan la rutina. La resiliencia es hoy un término que adquirió valor, y que permitirá que todos salgan fortalecidos y miren hacia adelante con menos temor y mayor firmeza.


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