El deporte, y las disciplinas vinculadas, no es precisamente una de las áreas en la que sus actores tengan demasiado en consideración aspectos como el marketing, la comunicación, la promoción, el posicionamiento. Más bien, dejan librado los ecos de su trabajo el éxito que puede llegar. Y claro, a veces no llega o sencillamente no en la medida que se espera.

Por eso te tiramos algunos tips que pueden ayudarte a incorporar ese aspecto determinante en el crecimiento.

1. ¿Para qué hacer marketing y promoción si así estoy bien? La respuesta a esta pregunta frecuente es "¡para estar todavía mejor!". El problema de los emprendimientos es que mientras las cosas se autosustentan, fantástico, pero cuando el contexto no es favorable no nos sostenemos sino que el mercado se achica y retrocedemos varios casilleros. Sino basta con mirar los efectos del Covid-19.

2. Mi propia marca. Uno de los aspectos más importantes que hay que tener en cuenta, es el desarrollo de la marca propia. Sea un deportista, una escuela, un club, una institución o una Federación, lo mejor es posicionar la Marca Propia y no estar por debajo de una que se lleve todos nuestros créditos. Es habitual que eso ocurra con profesores de diferentes deportes que "delegan" su prestigio a las instituciones que lo contienen, por ejemplo.

3. Alianzas estratégicas. ¿A quién busco como aliado, cuando mi negocio necesita crecer? Lo mejor es apuntar a alianzas estratégicas que nos den lo que no tenemos. De nada sirve buscar un ladero que haga lo mismo que nosotros sabemos hacer, algo habitual por la cercanía de colegas con los cuales nos llevamos bien. Lo mejor es alguien que aporte enfoques o tareas diferentes.

4. Posicionamiento. En muchas oportunidades vamos a "pedir" que nos apoyen o nos ayuden económicamente en un emprendimiento o evento. Pero a quienes les golpeamos la puerta no nos conocen. Es que falta un paso previo: primero mostrar el valor de lo que hacemos o pretendemos hacer, ganar prestigio, para que cuando solicitemos que inviertan en nosotros ya tengan referencias, o las busquen y las encuentren con facilidad. En eso, la comunicación estratégica es fundamental; y los eventos son importantes para reforzar esas acciones.

5. Yo, el capitán de mi barco. Hay funciones que son indelegables. Nadie puede marcar el rumbo de mi negocio mejor que yo por dos razones básicas: nadie quiere que crezca más que yo, y nadie tiene el panorama completo de la complejidad de su estructura y objetivos. Se puede contratar el "cómo" hacerlo a personas idóneas, pero no desentenderse de la labor de las diferentes áreas que componen nuestro emprendimiento. Debe buscarse la especialización en las áreas de trabajo, pero supervisar que respondan a los objetivos.

6. La búsqueda de la excelencia. En un emprendimiento se debe apuntar a ser cada vez mejor. En cada aspecto de nuestras vidas se debe apuntar a la superación. La mediocridad es una soga corta que en un momento adverso se achicará aún más. Siempre debe apuntar a mejorar, a desarrollarse, a crecer, para, en el peor de los casos, quedarnos en el mismo lugar. Este es un aspecto que los profesionales tienen claro en el aspecto técnico, pero no en otras aristas del emprendimiento en el que no están formados.

7. Las tres patas de un proyecto. En todo emprendimiento hay tres aspectos fundamentales: el técnico (en este caso todo lo referente a lo deportivo), lo administrativo (compras, gastos, etc.) y lo promocional (marketing, comunicación). No hay emprendimiento que sea exitoso si uno solo de esos pilares funciona bien. El riesgo es que sea golondrina de un solo verano. Por eso hay que prestarles atención por igual.

8. Identifica la verdadera competencia. ¿Cuál es la competencia de una escuela de karate? ¿Otra escuela de karate? ¡No! Alguna escuela de otro arte marcial, como el taekwondo por ejemplo. Mientras alguien se mantenga en el Karate-Do, puede volver a nuestra escuela, pero si cambia de disciplina, lo más probable es que no retorne. Todos los deportes tienen su atractivo pero el mercado es uno solo. Y se pierde fácilmente.

9. Utiliza todas las herramientas. Hoy las redes sociales están al alcance de todos y con relativa apariencia de facilidad. En realidad tiene sus secretos y tener resultados es un poco más complejo. Pero más allá de eso no es la única herramienta. Hay múltiples instrumentos que deben usarse de acuerdo al tipo de público, de evento, jerarquía de la información, repercusiones, etc. La comunicación de nuestro emprendimiento no se limita a recargar las redes de contenidos sin sentido, y no todo merece ser publicado en medios masivos. Hay que analizar de qué se trata, trazar una estrategia y usar la mejor herramienta para el caso.

10. Haz todo con calidad. No se puede hacer "todo" de un emprendimiento: barrer, dar clases, cobrar y organizar eventos. Lo importante es saber delegar aquello que nos saca del foco de nuestro emprendimiento y de la función principal: pensar, planificar, mirando el panorama completo. La especialización es clave, y si ganamos prestigio con nuestro conocimiento técnico, es ahí donde debemos pararnos y delegar las demás funciones. Pero siempre apuntando a hacerlo de la mejor manera. Sólo así se podrá crecer.